martes, 11 de noviembre de 2025

Cómo maté mi sueño musical (y lo estoy resucitando)

 El silencio tiene peso, y se acumula en los rincones. Como una luz perdida que no encuentra lugar.

Toda la vida quise ser músico, y toda la vida me la pasé posponiéndolo. Desde que era adolescente, cuando todo empezó como un juego con mis amigos, y nos juntábamos en un garage para hacer un poco de ruido. A partir de ese momento quedaron de lado mis aspiraciones de ser periodista deportivo y me creí (quizás más en esa época que en cualquier otra) que si nos poníamos las pilas y nos empezaba a escuchar mucha gente, podíamos "llegar". Si, como el futbolista que llega a primera, el sueño del pibe adolescente, con flequillo rolinga y Topper de lona, era asomar la cabeza afuera. Afuera del tumulto, afuera del montón. 

Fue una linda época, sobre todo por la inocencia. Esa bendita inocencia que te aleja de los límites "reales" que te vas poniendo a medida que crecés. Es una etapa donde realmente creés que podés con todo y no tenés tanto miedo a las cosas, ni a las personas. Pero de golpe y sin darte cuenta se termina el colegio y de repente tenés que salir a la vida, una vida que ya nos habían explicado que iba a ser difícil, porque no había trabajo. Así que más vale que nos dejáramos de joder con la guitarrita y nos pusieramos a estudiar una carrera de verdad. No sea cosa que terminemos trabajando de profes de música en un colegio, no? Ni loco! Cuánto voy a ganar? Tengo que ser ingeniero para conseguir laburo en una multinacional y así estar tranquilo y seguro. La música ya quedará para los ratos libres. Hay que madurar.


La experiencia, dicen, es un peine que te regalan cuando te quedás pelado. Y hay algo de cierto en eso. Lo que pasa es que siempre creí que cuando tuviera 40 ya iba a ser tarde para todo. Crecimos con una concepción de la vida completamente rígida, donde había que elegir un camino y aferrarse a él como lo más valioso que tenemos. Y ese paradigma ha creado más infelicidad en el mundo que cualquier otra cosa.

Un abrazo.

Gaby.

Y vos? Qué sueños mataste? Dejame un comentario.

sábado, 1 de noviembre de 2025

Nada parece volver (y una batalla contra el perfeccionismo)


Hoy, 1 de noviembre de 2025 tenía que salir a la luz mi tercer single "Nada parece volver". Fue un proceso largo, entrecortado, con muchos vaivenes emocionales, inseguridades y prejuicios (míos, por supuesto). Arranqué, paré, me fui, volví y finalmente seguí adelante.

Hace tiempo que vengo tratando de aprender a mezclar. Hice cursos, miré mil tutoriales, y la verdad es que aprendí mucho. Entonces me dije: bueno, vamos a tratar de hacer una mezcla decente (luchando con mi perfeccionismo, claro), aceptando que el resultado no iba a ser el mejor, pero con la idea firme de seguir mejorando cada día. Y lo hice, mezclé el tema y lo mastericé. Exporté muchas bajadas, escuché el mix en todos los dispositivos que pude, hice cambios, y, finalmente, dije: basta, queda como está. 

Varios días después, cuando ya tenía programado el lanzamiento, vuelvo a escuchar la mezcla y, para mi sorpresa, sonaba mucho, mucho peor de lo que recordaba. Obviamente, el pánico se apoderó de mí, porque, incluso, ya había publicado una historia en Instagram donde anunciaba que al otro día salía el tema en todas las plataformas. Ya estaba todo programado y encaminado y no había vuelta atrás. 

Pero no me pareció justo. Fueron muchos meses de laburo, y la canción (y todo aquel que quiera escucharla) se merecían algo mejor. Borré la historia e inmediatamente pedí a mi distribuidor que baje el tema de las plataformas. Pero ya era tarde, el tema se subió igual y ahora estoy a la espera de que me aprueben la solicitud de baja.

Qué pasó? Bueno, creo que perdí objetividad. El hecho de estar tanto tiempo inmerso produciendo, mezclando, escuchando tantas veces lo mismo, generó una fatiga auditiva y perceptiva que me privó temporalmente de tener un buen criterio para tomar algunas decisiones. Lo bueno? De todo se aprende. Y si bien esto fue un trago muy amargo para mí, me sirvió para recordar que uno tiene que poner el foco en lo importante y priorizar. En este momento no puedo hacer todo, y por eso tomé la decisión de encargar la mezcla y el mastering a Lucas Romano, quien estuvo al frente del proceso en mis temas anteriores, "Creo" y "El otro lado".

Así que bueno, esta es la historia del lanzamiento fallido de "Nada parece volver". Todavía me dura la amargura, pero sé que con el tiempo voy a mirar para atrás y recordar con cariño este momento.

Gaby.